Escuchar por largos periodos puede cansar tu sentido del oído. Recuerda dar a tus oídos un descanso.

Ambientes seguros para el oído


Los audífonos y auriculares te permiten disfrutar la música en cualquier parte. Al reproducir música, los auriculares también enmascaran los sonidos del ambiente y te aíslan de tu entorno. Los audífonos personalizados, hechos a partir de moldes de tus orejas, son el ejemplo perfecto del aislamiento.

El oído izquierdo y el derecho trabajan juntos para procesar los sonidos a tu alrededor. Tu sentido de la vista está limitado por tu campo inmediato de visión, pero tus oídos captan arriba, abajo y todo a tu alrededor en más de 360 grados.

El sonido que oyes a tu derecha se origina de una fuente a la derecha. Esa explicación puede sonar simplista pero el proceso que tu sistema auditivo sigue es muy complejo. Primero, un sonido se emite desde una fuente. Cuando éste llega a tu oído derecho, hace vibrar el tímpano. Al momento que entra al tímpano izquierdo, su volumen, en cierta medida, ha disminuido, y llega al oído izquierdo después de una pequeña demora. Esta cadena de eventos convence al cerebro de pensar “¿por qué?, ¡porque ese sonido viene del lado derecho!”.
 
¿Qué sucede si aplicamos los mismos principios al uso de audífonos? Supongamos que colocas un audífono dentro de tu oído derecho y escuchas la radio. Tu oído en efecto está ahora conectado. Los sonidos que provienen del lado derecho de tu entorno inmediato no son “captados” claramente por tu oído derecho. Éstos se canalizan por tu cabeza y entran a tu oído izquierdo de manera más directa. Esta desconexión puede hacer que tu cerebro piense que el sonido se origina del lado izquierdo. O bien, debido a la pérdida de balance entre izquierda y derecha, tu cerebro podría ni siquiera ser capaz de ubicar la dirección del sonido.

Este es el tipo de confusión que puede ocurrir al tener conectado solo un oído. Tus sentidos, oído, olfato, vista y tacto, trabajan en conjunto entre sí; bloquear un oído no te confunde por completo. Sin embargo, bloquear ambos, sí puede hacerlo. Observa el siguiente ejemplo para comprender mejor cómo la vista y el sonido trabajan juntos. La lámpara de una fachada parpadea a tu derecha. Un sonido entra por tu izquierda. En este caso, deberías aún poder captar el sonido que proviene de tu izquierda con tu oído derecho. Esa es la sincronía de los sentidos de la vista y el oído.

En otras palabras, aun sin depender por completo de tu sentido del oído, eres capaz de deducir el origen de un sonido. Los ambientes seguros para escuchar son una cosa; los ambientes peligrosos, como las calles, son otra distinta. Específicamente, en ambientes en los que tus oídos pueden captar información importante que tus ojos no pueden ver, es extremadamente importante obtener información sobre riesgos potenciales lo antes posible. Esto es particularmente cierto cuando caminas por una calle en la que el tráfico llega detrás de ti.

Identificar el origen y la naturaleza de un sonido es más importante que solo oírlo. Entre más información puedas procesar respecto a un sonido, mejor podrás tomar decisiones seguras y correctas sobre ti y tu entorno inmediato. Tus oídos te ayudan a filtrar las variables ambientales amenazantes de las no amenazantes. Los oídos informados ayudan al cerebro a decidir que sonidos requieren otros sentidos, como la vista, para reaccionar ante una situación y cuáles no. Tu capacidad de defenderte de los peligros a tu alrededor será mejor si tu cerebro puede tomar decisiones subconscientes e informadas respecto a tu entorno.

El oído es parte importante en actividades conscientes como disfrutar de una conversación o la música. También tiene un papel activo en el descubrimiento consciente y la identificación de amenazas. En ambientes peligrosos, es de suma importancia no obstruir la función de tus oídos.